Leyendas:Árbol de Cumancaya

En el pueblo de Cumancaya creció un árbol encantado. Las hojas del árbol se movieron sin que hubiera un soplo de viento, cuando el sol brillo con toda su fuerza los frutos del árbol reventaron, y las semillas cayeron al agua de la cocha por debajo del árbol donde las gamitadas (un pez) se las comieron. En poco tiempo los peces comenzaron a volar como aves. La gente se quedaba admirada: “seguramente que Dios les ha dado medicina para volar “De repente si rociamos todo su perímetro, el pueblo entero podría volar hacia el mundo-cielo para agradecer a dios. Pues tomaron las hojas del árbol y sacaron el jugo. Rociaron el liquido por todos los linderos del pueblo.'vamos a ver que va a pasar' dijo la gente y se adormecieron. El pueblo entero amaneció inclinado porque empezaba a levantarse. Continúo la lenta ascensión hasta que el pueblo entero fue volando por los aires pero no llegaron al mundo-cielo como esperaban. Y desde lo alto, bajaron a tierra con un ruido estrepitoso en el bajo Ucayali, dando forma al cerro de Canchahuaya. Cayeron con tanta fuerza que toda la cerámica se rompió en pedacitos.

‘Excavando la tierra encontramos miles de cerámicas rotas', dicen los Shipibo, ‘pero no los tocamos porque están encantadas. Los colonos quechua hablantes llaman al lugar de bajada. Canchahuaya, dado que no pueden pronunciar nuestro idioma. Nosotros lo llamamos Quenchaya Manan, el cerro de las vasijas de cerámica ‘los Shipibo creen que cuando el pueblo de cumancaya levito para detenerse rió abajo en Canchahuaya, dejo un hueco enorme que ahora es una cocha llena de cerámicas rotas. Desde el punto de vista simbólico, el árbol mágico es la genipa, que daba al hombre todo lo que necesitaba.


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